Un imputado es una persona, respecto de los cuales se ha iniciado una causa penal, sin siquiera saber si es culpable o no. Este término ha sido sustituido por el término «investigado», ya que es menos excluyente y no implica culpabilidad. El acusado es una persona que está siendo investigada por la presunta comisión de un delito.
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¿Dónde se regula la imputación?
En virtud del artículo 118 de la Ley de Procedimiento Penal, la situación procesal de la persona acusada en un proceso penal fue creada por la jurisprudencia para proteger el derecho a la defensa de esta en el caso de que, tras haber excluido un auto de acusación en un juicio, el sujeto de la investigación de repente tuviera conocimiento de su situación, ya sea cuando se le llamó a declarar o cuando se presentaron cargos contra ella.
Con la Ley Orgánica 13/2015 de 5 de octubre, se ha enmendado la Ley de Procedimiento Penal para reforzar las garantías procesales y proteger los derechos y libertades de todas las personas que participan en actividades jurídicas.
En el preámbulo de esta Ley Orgánica, este cambio de terminología se justifica por la necesidad de evitar connotaciones negativas y estigmatizantes del término «acusado», adecuando la redacción a la realidad de lo que ocurre en cada etapa del proceso penal.
Por lo tanto, debe aclararse que para utilizar el lenguaje jurídico adecuado, es necesario utilizar los conceptos de investigado o acusado para referirse a los que anteriormente se denominaban imputados.
¿Qué significa que está imputado?
El imputado es una persona a la que se atribuye formalmente un acto delictivo, ya que lleva los signos derivados de la investigación en curso, que, de ser confirmados posteriormente, darán paso a la acusación formal.
En otras ramas de la ley, una persona también puede ser reconocido como un imputado, que esté acusado de cometer un ilícito administrativo y contra quien se haya iniciado un procedimiento administrativo.
¿Quién se considera imputado?
Cuando el fiscal sospecha que alguien ha cometido un delito, lo acusa, iniciando así un proceso de investigación para determinar si esa persona es realmente culpable. Por lo tanto, debemos insistir en que el acusado, imputado o investigado es uno de los sujetos del proceso, pero no el autor del acto ilegal todavía, puesto que aún no ha sido sentenciado. El sospechoso estará bajo investigación hasta la sentencia, después de eso, puede ser castigado o absuelto.
¿Cuáles son los derechos de los imputados?
De conformidad con la legislación, toda persona que participe en un procedimiento judicial goza de una serie de derechos que deben respetarse.
El acusado es el principal sospechoso del crimen, y por lo tanto, es particularmente importante para garantizar el debido proceso sin que por ello se pueda atacar a sus derechos por parte de la creencia de que es culpable del delito imputado.
Por consiguiente, debe mencionarse el principio de la presunción de inocencia. «Bona fides semper presumatur, nisi Bad adesse probetur» significa que la conciencia siempre es despreciada a menos que se demuestre que es mala.
Además, para fortalecer los derechos del acusado, también está el principio de in dubio pro reo, lo que significa que en caso de duda a favor del acusado.
El artículo 118 de la Ley de Procedimiento Penal enumera los derechos de los acusados:
- El derecho a ser informado de los hechos que se le atribuyen, así como de cualquier cambio relevante en el objeto de investigación y los hechos que se le imputan a él. Esta información se facilitará de manera suficiente para garantizar el ejercicio efectivo del derecho a la defensa.
- El derecho a ser oído con antelación para garantizar el derecho a la defensa y, en todo caso, antes de prestar declaración.
- El derecho a actuar en el proceso penal para ejercer su derecho a la defensa de conformidad con la ley.
- El derecho a designar libremente a un abogado, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado A) del párrafo 1 del artículo 527, el derecho a solicitar asistencia letrada gratuita, el procedimiento para hacerlo y las condiciones para obtenerlo.
- El derecho a la libre traducción e interpretación de conformidad con los artículos 123 y 127.
- El derecho a guardar silencio y a no hacer declaraciones si no desea hacerlo, y a no responder a algunas o algunas de las preguntas formuladas.
- El derecho a no testificar en su contra y a no declararse culpable.